Sierra del Xistral: el hogar de la niebla

En la Reserva de la Biosfera Terras do Miño, la de mayor extensión de Galicia, el agua imprime el carácter de un territorio donde las lagunas, los valles fluviales y la montaña acogen ecosistemas y hábitats de extraordinaria riqueza y fragilidad que forman un gran mosaico de unidades paisajísticas.

Es precisamente en una de las zonas de máxima protección de la Reserva, perteneciente a la mayor red de espacios naturales protegidos de la Unión Europea, la Red Natura 2000, donde se encuentra un hábitat de turberas de cobertor único en el sur del continente europeo: el Xistral, una sierra con nombre de viento que marca el reborde de la Reserva de la Biosfera entre la costa y la comarca de Terra Chá.

La Sierra de O Xistral se caracteriza por su altitud moderada, alcanzando la máxima cota en el alto do Cadramón, con 1062 metros. Aquí tienen su origen algunos de los ríos que dejan sus aguas en el Cantábrico: el Ouro, el Masma, el Sor y el Landro y en el Atlántico (el Eume).

El Xistral es el hogar del viento, la niebla y la lluvia. Su peculiar climatología ha modelado un paisaje donde en las turberas de pastos campan manadas de caballos en libertad. Además, su peculiar clima hace posible la presencia de especies endémicas como brezales húmedos y secos, la drosera, el esfagno o los bosques de fresnos, sauces y alisos, entre otros. Entre la fauna, destaca la presencia de reptiles como la lagartija de las turberas, que tiene aquí su límite de distribución occidental en la Península Ibérica.

En las inmediaciones de este espacio natural existen lugares cargados de historia, leyenda y tradición. Es el caso de la capilla de Santa Filomena do Cadramón, la pena abaladoira, el dolmen de Santo Tomé y el círculo lítico del prado das Chantas. En las inmediaciones de O Xistral, los ríos que nacen en la montaña se dirigen al mar a gran velocidad dando lugar a la formación de impactantes cascadas como el Pozo da Onza o el Escouridal, considerada una de las mayores de Galicia.

 

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