¡Buen Camino!
Lugo es la provincia española jacobea por excelencia. Sus más de 800 kilómetros de Caminos de Santiago, contando todas sus variantes, convierten el territorio provincial en lugar casi obligado de paso hacia la capital compostelana.
Por la provincia de Lugo transcurren tres rutas declaradas Patrimonio Mundial de la Humanidad: se trata del Camino del Norte, el Camino Primitivo y el Camino Francés. Además, por el sur de la provincia pasa otro itinerario oficial: el Camino de Invierno, un recorrido elegido en los meses más fríos del año por los peregrinos medievales que deseaban evitar las nevadas cumbres de O Cebreiro.
Los orígenes del Camino se remontan al siglo IX y en concreto al momento en el que el Rey asturiano Alfonso II el Casto peregrinó a Iria Flavia para reconocer la autenticidad de los restos del Apóstol Santiago, ordenando la construcción de la primera basílica en su honor. Desde esta primera peregrinación, han sido millones de personas las que desde la Edad Media hasta la actualidad han recorrido los caminos jacobeos, primero por motivos de carácter religioso y en la actualidad por una diversidad de razones que tienen que ver con aspectos culturales, deportivos, contacto con la naturaleza o cumplimiento de metas o promesas de carácter personal, pudiendo realizarlo a pie, en bicicleta o incluso a caballo.
Los Caminos se dividen en diferentes etapas entre las cuales se puede pernoctar en albergues públicos, privados u otro tipo de alojamientos que se encuentran en las diferentes poblaciones. El itinerario está señalizado mediante mojones de granito que marcan la distancia restante a Santiago de Compostela. También las flechas amarillas y las conchas de vieira guían a los peregrinos en su recorrido.
Entre las recompensas de completar la peregrinación, además de la satisfacción por llegar a Santiago y por las propias vivencias que aporta la experiencia del peregrinaje, aquellos que realicen 100 kilómetros a pie o 200 en bicicleta pueden obtener la Compostela, un reconocimiento que a modo de certificado acredita la condición de peregrino y que se obtiene en la Oficina del Peregrino de Santiago de Compostela, siempre que se haya sellado debidamente su credencial durante las diferentes etapas en al menos dos lugares diferentes de cada una.
Pero llegar a Santiago es un auténtico proceso que requiere una preparación física y mental previa al inicio de este viaje. Una mochila de no más de 10 kilos, calzado adecuado, chanclas para descansar los pies al final de cada etapa, bastón de senderismo, botiquín, linterna, saco de dormir, chubasquero y protección solar son elementos imprescindibles que deben acompañar al peregrino. Todo ello con buen ánimo y mente abierta para dejarse atrapar por la hospitalidad de los habitantes de cada lugar y para compartir auténticas experiencias multiculturales. Y es que el Camino marca siempre un antes y un después en la vida de quien lo realiza.
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Camino del Norte Camino Primitivo Camino Francés Camino de Invierno