Tras la huella de los normandos
Un recorrido por la costa de O Vicedo nos lleva hasta la playa de Area Grande o San Román, donde en un promontorio conocido con el nombre de Os Moutillóns se encontraron los restos de un posible asentamiento vikingo permanente, por ahora único en la Península Ibérica.
En esta playa, donde una mota o elevación da origen a la toponimia del lugar, se conserva lo que parece ser una estructura defensiva complementada con una posible muralla y un foso. Esta construcción, que fue probablemente levantada durante un corto espacio de tiempo y se destinó a una estancia provisional, se complementa con la defensa natural que proporcionan dos imponentes rocas conocidas como los castillos, cuya disposición pudo favorecer la existencia de un puerto natural.
Algunos estudios arqueológicos recientes en San Román han sacado a la luz evidencias de una ocupación de este lugar que se remonta al siglo III a. C., extendiéndose hasta la Edad Media. Además, el hallazgo de anclas de sílex y lastres medievales devueltos a la tierra después de temporales, hacen pensar que la costa lucense todavía guarda múltiples misterios por descubrir.
En Galicia, durante la época altomedieval se documentaron cuatro ataques y numerosas incursiones normandas realizadas con fines de saqueo. Precisamente, en el vecino municipio de Foz se encuentra la basílica de San Martiño, que pudo ser un objetivo más que apetecible para los vikingos. Es aquí donde tiene su escenario la popular leyenda del hundimiento de las naves normandas, milagro que se atribuye a la intercesión de San Gonzalo, el Obispo Santo, quien ante un inminente ataque que iba a ser perpetrado por los tripulantes de tres embarcaciones, subió al alto da Grela para contemplar su aproximación a la costa y, con sus oraciones, consiguió provocar una tempestad que acabó con la naves, salvando a las tierras focenses de un ataque seguro.
El pasado normando de A Mariña Lucense se rememora anualmente con la celebración de la Romería Vikinga en O Vicedo y con la fiesta normanda de Foz, durante la que se representa la leyenda de San Gonzalo, dos citas ya imprescindibles en la agenda estival de la provincia de Lugo.