A Fonsagrada, el municipio más extenso de Galicia
Los más de 438 Km2 de superficie del municipio de A Fonsagrada, además de situarlo de primero en el ranking de municipios gallegos de mayor extensión, acogen un inmenso y exuberante espacio natural salpicado por pueblos de montaña de gran valor etnográfico donde el tiempo parece transcurrir a su propio ritmo.
Integrada en la Reserva de la Biosfera Eo-Oscos y Terras de Burón y limitando con Asturias, A Fonsagrada conserva un patrimonio singular: donde el agua de los tributarios del Eo, sus cascadas o seimeiras como la de Vilagocende, los ingenios hidráulicos o la arquitectura popular nos habla de una naturaleza a la que los vecinos han sabido adaptarse a la perfección. Muestra de ello es también su gastronomía, que hace gala de platos contundentes que proporcionan la energía necesaria para superar los duros inviernos que caracterizan a la montaña lucense. Embutidos como el butelo, cocidos o el tradicional pastel de A Fonsagrada son algunos de los productos que marcan un estilo de vida auténtico y arraigado en la tradición.
A Fonsagrada es además el municipio cuya capital se encuentra a mayor altitud sobre el nivel del mar en Galicia (952 metros). Su topónimo deriva de Fons Sacrata, en alusión a las propiedades milagrosas de la fuente donde ya los peregrinos medievales calmaban su sed después de superar la dura entrada en Galicia por el mítico Alto do Acebo.
A Fonsagrada es sinónimo de Camino de Santiago. El Camino Primitivo, declarado Patrimonio de la Humanidad desde el 2015, es el hilo conductor en torno al que se sitúan algunos de los elementos más destacados de su patrimonio: el antiguo hospital de Fonfría, la iglesia de Santa María Magdalena, numerosas capillas, el Museo Comarcal de A Fonsagrada, A Proba de Burón, antigua capital municipal situada hoy en una variante del Camino y que conserva los restos de su torreón medieval y sus calles, bautizadas con nombres de líderes comunistas; el dolmen de Montouto, el antiguo hospital de peregrinos o la iglesia de San Juan de Paradavella, además de los múltiples ejemplos de arquitectura popular que jalonan el Camino son algunos de los más destacados elementos que actúan como nexo entre el pasado y el presente.