Candaz: el castro sumergido
En un inexpugnable promontorio situado en el corazón del Miño, en la ladera del municipio de Chantada, se alza el castro de Candaz.
Este antiguo poblado fortificado fue fundado por el cónsul romano Lucio Cambero, quién allí se retiraría tras su derrota contra las tribus indígenas. Su estratégica situación, muy apartada de otros poblados y con un único acceso por tierra, aprovechaba las condiciones naturales para proporcionar a sus habitantes una estancia segura en este lugar.
Durante la Edad Media, el castro tuvo una evolución similar a la de otros contemporáneos, ya que sobre sus restos se construyó una fortaleza que aprovecharía las buenas condiciones geográficas que habían motivado en su momento la construcción del castro con fines defensivos. Derrumbada durante las Revueltas Irmandiñas en el siglo XV y reconstruida posteriormente por la familia Taboada, actualmente se conservan parte de los cimientos y muros de su estructura, aunque sus materiales probablemente fueron reaprovechados para la construcción de los bancales de viñedos que acaparan la península y se superponen a los restos anteriores.
Candaz se ha convertido en fechas recientes en uno de los lugares de visita obligada en la Ribeira Sacra debido al atractivo que supone el hecho de que parte del año se halle cubierto por las aguas del Miño debido a la fuerte oscilación de caudal que el embalse de Belesar presenta en determinadas épocas.
El acceso al castro se hace a pie, siguiendo un recorrido de aproximadamente un kilómetro desde el lugar de Xillán, donde se debe aparcar el coche y caminar entre viñedos para descubrir uno de los numerosos ejemplos de la memoria sumergida que atesoran los ríos de la Ribera Sacra.