Reserva de la Biosfera Eo, Oscos y Terras de Burón
Declarada por la UNESCO en el Año 2007, se trata de una Reserva que reparte su territorio entre las comunidades gallega y asturiana, con una superficie total de 158.883 ha, de las cuales 108.007 se integran en los municipios lucenses de Baleira, A Fonsagrada, Negueira de Muñiz, Ribeira de Piquín, A Pontenova, Trabada y Ribadeo.
El Río Eo, desde su nacimiento en Fonteo (Baleira) hasta su desembocadura en el Cantábrico entre Galicia y Asturias, se configura como el hilo conductor que dota de unidad a un mosaico de sistemas ecológicos representativos de la región biogeográfica atlántica visibles en su área de influencia.
Dentro de las unidades morfológicas de la Reserva, sobresalen los dos kilómetros de rasa cantábrica, antigua plataforma de abrasión marina emergida, las sierras litorales que forman el borde septentrional de la meseta lucense y la altiplanicie de A Fonsagrada con sus encajados valles fluviales.
Dentro de las características biológicas de la Reserva, destaca el dominio de masas forestales, que ocupan el 40% del territorio gallego y asturiano, seguido de matorrales secos (33%), humedales naturales como la ría de Ribadeo y artificiales como el embalse de Salime.
De su variada flora y sus bien conservados bosques, destacaremos la presencia de hayedos acidófilos, bosques mixtos, robledales, sotos de castaños, bosques de ribera y alcornocales en la zona de Negueira de Muñiz.
En sus zonas de mayor fragilidad ecológica se sitúan los espacios Red Natura 2000. Es el caso del curso medio y final del Eo, el bosque de A Marronda, el bosque de Carballido, Negueira y la playa de las Catedrales.
Pero si sus valores paisajísticos son más que innegables, no lo es menos su riqueza cultural, con representativas muestras que abarcan desde las huellas de los primeros pobladores del territorio, con yacimientos arqueológicos tan representativos como el de Louselas (Ribadeo), pasando por numerosos ejemplos de arquitectura megalítica y castros.
Especial mención merece el patrimonio arquitectónico religioso, civil y etnográfico, con exponentes como las iglesias de Arante y a Devesa, el santuario de Conforto o la iglesia de Lamas de Moreira en A Fonsagrada. Dentro del patrimonio civil sobresalen las casas indianas de Ribadeo y pazos como los de Ibáñez y Cedofeita, el pazo de Terrafeita en Trabada o el de Vilaxe en A Pontenova. El patrimonio etnográfico ha dejado importantes muestras en forma de hórreos, pallozas, cortines e ingenios hidráulicos como los molinos, batanes, mazos y herrerías.
La presencia del Eo fue desde siempre el elemento condicionante de la forma de vida desarrollada por las comunidades locales, destacando actividades como la pesca, el marisqueo y las labores artesanales de carpinteros de ribera y herreros, tradiciones cuyo legado pervive en la actualidad.
La Reserva es también territorio jacobeo debido a la presencia de los Caminos Norte y Primitivo, ambos declarados Patrimonio Mundial de la Humanidad desde el año 2015, hecho que sin duda ha contribuido a resaltar el reconocimiento internacional de este espacio.