San Martiño de Mondoñedo: el legado de Britonia
La invasión de Gran Bretaña por los anglosajones en el siglo V desencadenó una huída de sus habitantes al continente europeo, donde en un lugar próximo a la costa lucense se establecería un grupo de fieles con su obispo formando una sede episcopal en Britonia ya mencionada en el Parroquial Suevo. Dicha sede tendría su base en el llamado Monasterio Máximo, cuya localización pudo hallarse en Bretoña, en el actual municipio lucense de A Pastoriza. Posteriormente, la invasión sarracena destruiría Britonia en torno al año 830, obligando a dividir en dos la diócesis, dando lugar a las de Oviedo y Mondoñedo, y asentándose esta última en San Martiño de Mondoñedo, en el actual municipio de Foz, en torno al año 870.
El edificio que actualmente se conserva de la antigua sede episcopal, considerada la catedral más antigua de España, es la iglesia del antiguo monasterio, con elementos arquitectónicos de los siglos X, XI y XII. Se encuadra en el estilo románico inicial, si bien es cierto que ciertos vestigios reaprovechados en su construcción se remontarían incluso al siglo VI.
El exterior del edificio dibuja un conjunto arquitectónico en el que sobresale la cabecera, donde se adivinan tres ábsides sujetos por robustos contrafuertes y en los que sobresale una decoración realizada a base de arquillos y ajedrezado. En resto del edificio destaca por su sencillez decorativa, lo que da protagonismo a la portada oeste, con la representación del Cordero de Dios, y a los canecillos de la cornisa del tejado, cuyas figuras en actitudes grotescas denotan una intención moralizante para los fieles que en la Edad Media acudían a los oficios religiosos.
El interior de San Martiño destaca por una solemne sobriedad que convierte al edificio en un cofre con auténticos tesoros entre los que destacan sus pinturas murales, las mejor conservadas de Galicia dentro del estilo románico; pasando por su retablo pétreo, las piezas del tesoro de San Gonzalo, el Obispo Santo, y la decoración de sus capiteles historiados, con la representación de escenas como la parábola de Lázaro y Epulón, la Ultima Cena, el banquete de Herodes o la degollación de Bautista.
San Martiño, declarada Bien de Interés Cultural, obtuvo la categoría de basílica en el año 2007 y actualmente continúa sumando apoyos para su candidatura a Patrimonio Mundial de la Humanidad.